martes, 1 de marzo de 2011

Martes con mi viejo profesor, Mitch Albom

(...) Así pues, el televisor era el mismo, de modelo antiguo, el coche que llevaba Charlotte era el mismo, de modelo antiguo, la vajilla, los cubiertos y las toaallas eran todas las mismas. Sin embargo, la casa había cambiado drásticamente. Se había llenado de amor, de enseñanzas y de comunicación. Se había llenado de amistad, de familia, de sinceridad y de lágrimas. Se había llenado de compañeros, de alumnos, de maestros de meditación, de fisioterapeutas, de enfermeras y coros a capella. Se había convertido , de una manera muy real, en una casa rica, aunque la cuenta corriente de Morrie se estuviera agotando rápidamente. (...)

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