¿tenía más encanto?
lectores míos, ¿qué opinais?
lunes, 28 de febrero de 2011
W. H. Auden
El destino hace sucumbir a muchas especies,
sólo una se pone en peligro a sí misma.
Añado, esa misma especie
también pone en peligro
a las demás, (in)consciente
sólo una se pone en peligro a sí misma.
Añado, esa misma especie
también pone en peligro
a las demás, (in)consciente
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jueves, 24 de febrero de 2011
señorita...
Es usted demasiado guapa
para ir tan triste
eres demasiado joven
para no sonreír a la vida
por sam
¿somos inmutables?
la extensión hace la defensa
somos inmunes al sentimiento
ante la violencia y pobreza
somos capaces de crear anticuerpos
a mí se me rompe el alma
cuando veo en el metro
a alguien pidiendo
porque no puede pagar una cama
y no entiendo cómo pistolas y balas
se comen cada día en cada casa
olvidamos la empatía
martes, 22 de febrero de 2011
bidireccional
no tienes miedo
a contemplar el peligro
de rendirte al amor
ser vulnerable
sentirte inferior
no...
arrasas con todo
porque lo más importante
es tu Yo y tu Yo
a contemplar el peligro
de rendirte al amor
ser vulnerable
sentirte inferior
no...
arrasas con todo
porque lo más importante
es tu Yo y tu Yo
sábado, 19 de febrero de 2011
IV. Palabras que suenan a lo que realmente son
naturaleza........ canto de nuestra matriz, viveza
Amor................ hormigas en la barriga, expresión del Comienzo
libro.................. conocimiento, mente sana, experiencia virtual
cachibache....... palabra comodín para objetos desconocidos
granada............ gránulos, granas, rojos, rosados, anaranjados
Amor................ hormigas en la barriga, expresión del Comienzo
libro.................. conocimiento, mente sana, experiencia virtual
cachibache....... palabra comodín para objetos desconocidos
granada............ gránulos, granas, rojos, rosados, anaranjados
explosión de color
miércoles, 16 de febrero de 2011
martes, 15 de febrero de 2011
lunes, 14 de febrero de 2011
Canción desesperada de Neruda
Mi deseo de tí
fue el más terrible y corto
el más revuelto y ebrio
el más tirante y ávido
fue el más terrible y corto
el más revuelto y ebrio
el más tirante y ávido
Absurdos II en pleno invierno
Encender una estufa
en la terraza de un bar
y sentarse al fresco
(diez graditos más o menos)
a tomar una bebida de hielo
en la terraza de un bar
y sentarse al fresco
(diez graditos más o menos)
a tomar una bebida de hielo
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jueves, 10 de febrero de 2011
Ayer ocurrió algo maravilloso
Ayer ocurrió algo maravilloso
en un autobús de camino a casa
un anciano de ochentaynueve
se sienta a mi lado y habla
Al principio preferí seguir leyendo el libro que tenía entre manos, Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza, humor en palabras, no me hacía falta en ese momento nada más para que me sacara sonrisas y risas. Poco a poco me fue captando la conversación que el viejo tenía con los vecinos de viaje. Seguí leyendo pero ya no me enteraba de nada así que opté por aplazar la lectura para otro momento.
Advierto que no soy una persona que se pone a hablar con cualquiera en el transporte público, prefiero sinceramente ir pensando en mis cosas sin tener que ser amable y dar conversación a los más mayores... pero este hombre me llamó la atención por lo que decía, aunque casi no se le entendía.
Era pequeño y poca cosa, encorbado y arrugado. Llevaba una gorra de publicidad, que se quitaba y ponía constantemente explicando que se le calentaba la cabeza con el sol. La piel de la nariz aguileña se le arrugaba al aguantar el peso de sus viejas gafas de pasta, con cristales tan gordos como el culo de los vasos. Ojos claros y unas ojeras hinchadas y caídas como las bolsas. Pocos dientes, barba de unos días, bufanda de cuadros y un viejo abrigo, seguro de hacía 20 o 30 años. Le hacía falta un bastón que no llevaba.
Contó historias sobre los lugares por los que pasaba el autobús, un viaje histórico-turístico inspirado en el pasado y en su pasado.
Hizo un monólogo sobre la belleza de la vida, de lo rápido que se va, un día te miras en el espejo y dices "vaya... qué rápido pasa el tiempo, con lo que yo era", de aprovechar la fuerza, la belleza...
De la familia, la educación, hay que educar a los padres para que eduquen a los hijos, y qué razón, hay que decirles que se sienten, que hablen con ellos, que les escuchen y comprendan, que empaticen, y pregunten "qué, hijo mío, cómo te va, qué tal con esa chica" y se abracen y le coja de la mano, cuánta ternura como la suya hace falta en este mundo
Él conoce a muchos, muchos ancianos y ancianas que están solos en la residencia a la que va, y qué pena que estén tristes y solos, sus hijos van a verles, muchos besos, muchos abrazos, pero ahí te quedas, cuando los padres han dado la vida por los hijos. Sus padres murieron en su casa, rodeados de familia y de amor, ojalá fuera siempre así. Le conté que mi abuela murió en mi cama, (desde que se ha ido duermo mejor)
Habló del bien de los hijos, cuando los tengas te darás cuenta de que es lo más importante que hay en la vida, del bien de los padres, hay que quererlos porque nadie te ha dado tanto como ellos, hacerles felices es lo que nos hará felices a nosotros.
Eres muy guapa, bonita, no te creas que no me he fijado, cuando se despedía al acercarse el autobús a su parada. Y sonó tierno y cercano, como si mi propio abuelo me hablara con el cariño que habla a su nieta. Ya fuera del autobús, andando con vacilación, agitó la mano diciendo adiós a los compañeros de viaje y a mí.
No hago conclusiones ni moralejas para quien lo lea.
Sólo me alegro de haber dejado de leer y haber aprovechado esta preciosa oportunidad de escuchar.
en un autobús de camino a casa
un anciano de ochentaynueve
se sienta a mi lado y habla
Al principio preferí seguir leyendo el libro que tenía entre manos, Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza, humor en palabras, no me hacía falta en ese momento nada más para que me sacara sonrisas y risas. Poco a poco me fue captando la conversación que el viejo tenía con los vecinos de viaje. Seguí leyendo pero ya no me enteraba de nada así que opté por aplazar la lectura para otro momento.
Advierto que no soy una persona que se pone a hablar con cualquiera en el transporte público, prefiero sinceramente ir pensando en mis cosas sin tener que ser amable y dar conversación a los más mayores... pero este hombre me llamó la atención por lo que decía, aunque casi no se le entendía.
Era pequeño y poca cosa, encorbado y arrugado. Llevaba una gorra de publicidad, que se quitaba y ponía constantemente explicando que se le calentaba la cabeza con el sol. La piel de la nariz aguileña se le arrugaba al aguantar el peso de sus viejas gafas de pasta, con cristales tan gordos como el culo de los vasos. Ojos claros y unas ojeras hinchadas y caídas como las bolsas. Pocos dientes, barba de unos días, bufanda de cuadros y un viejo abrigo, seguro de hacía 20 o 30 años. Le hacía falta un bastón que no llevaba.
Contó historias sobre los lugares por los que pasaba el autobús, un viaje histórico-turístico inspirado en el pasado y en su pasado.
Hizo un monólogo sobre la belleza de la vida, de lo rápido que se va, un día te miras en el espejo y dices "vaya... qué rápido pasa el tiempo, con lo que yo era", de aprovechar la fuerza, la belleza...
De la familia, la educación, hay que educar a los padres para que eduquen a los hijos, y qué razón, hay que decirles que se sienten, que hablen con ellos, que les escuchen y comprendan, que empaticen, y pregunten "qué, hijo mío, cómo te va, qué tal con esa chica" y se abracen y le coja de la mano, cuánta ternura como la suya hace falta en este mundo
Él conoce a muchos, muchos ancianos y ancianas que están solos en la residencia a la que va, y qué pena que estén tristes y solos, sus hijos van a verles, muchos besos, muchos abrazos, pero ahí te quedas, cuando los padres han dado la vida por los hijos. Sus padres murieron en su casa, rodeados de familia y de amor, ojalá fuera siempre así. Le conté que mi abuela murió en mi cama, (desde que se ha ido duermo mejor)
Habló del bien de los hijos, cuando los tengas te darás cuenta de que es lo más importante que hay en la vida, del bien de los padres, hay que quererlos porque nadie te ha dado tanto como ellos, hacerles felices es lo que nos hará felices a nosotros.
Eres muy guapa, bonita, no te creas que no me he fijado, cuando se despedía al acercarse el autobús a su parada. Y sonó tierno y cercano, como si mi propio abuelo me hablara con el cariño que habla a su nieta. Ya fuera del autobús, andando con vacilación, agitó la mano diciendo adiós a los compañeros de viaje y a mí.
No hago conclusiones ni moralejas para quien lo lea.
Sólo me alegro de haber dejado de leer y haber aprovechado esta preciosa oportunidad de escuchar.
lunes, 7 de febrero de 2011
Festín de opulencia
tostadas con mermelada
café con leche
porras, churros y chocolate
sobaos pasiegos
bizcocho con nueces
y manzana asada
jamón de paleta
morcilla y chorizo
queso y membrillo
gabardinas de gambas
acelgas con pasas y piñones
tortilla de cebolla y patata
gulas y mejillones
guisantes con jamón
mahonesa con espárragos
pan y oliva
saladitos y aceitunas
guiso de patatas con setas
coliflor en croquetas
tortitas dulces
mermelada de frambuesa
nata, almendras y galletas
té con miel y hierbabuena
por todo lo alto!
hay que celebrarlo!
café con leche
porras, churros y chocolate
sobaos pasiegos
bizcocho con nueces
y manzana asada
jamón de paleta
morcilla y chorizo
queso y membrillo
gabardinas de gambas
acelgas con pasas y piñones
tortilla de cebolla y patata
gulas y mejillones
guisantes con jamón
mahonesa con espárragos
pan y oliva
saladitos y aceitunas
guiso de patatas con setas
coliflor en croquetas
tortitas dulces
mermelada de frambuesa
nata, almendras y galletas
té con miel y hierbabuena
por todo lo alto!
hay que celebrarlo!
viernes, 4 de febrero de 2011
poema de amor 18 de Neruda
Me miran con tus ojos
las estrellas más grandes
Y como yo te amo,
los pinos en el viento,
quieren cantar tu nombre
con sus hojas de alambe
las estrellas más grandes
Y como yo te amo,
los pinos en el viento,
quieren cantar tu nombre
con sus hojas de alambe
jueves, 3 de febrero de 2011
poema de amor 13 de Neruda
Triste ternura mía, qué te haces de repente?
Cuando he llegado al vértice más atrevido y frío
mi corazón se cierra como una flor nocturna.
Cuando he llegado al vértice más atrevido y frío
mi corazón se cierra como una flor nocturna.
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