mentes rayadas

Qué agotamiento neurológico

qué ruido pesado
qué mancha negra
y sutil goteo machacador

tanto brillante a mi alrededor

y una sombra de cansancio
evaporada y ligera
que lanza y ahoga

va llegando la hora
estira y alarga
que ya no merece la pena
solo siente una llamada

apareces, tierna balada
todo va empequeñeciendo
todo tiene un valor
todo, su peso en sueño

Respondo a tu confesión

se cuál fue el problema
y ni tu ni yo
somos culpables

tu recuerdo esta
libre de horrores
y de caprichos exento
y nadie es responsable
de tanto bicho muerto

ahora soy un lago
ya no hay olas ni montañas
que turben mi estado
de vez en cuando peces
a veces vivos
a veces estancados

pero no prometo nada
ya que no se si fue señal
que avisó de un posible fracaso
o el fracaso encumbró la miseria
de nuestro posible ya pasado


¿y mañana qué?

Israel Glez, un artista

Las cosas suceden

a su debido momento

un viaje

un encuentro

una pérdida

un descubrimiento

la migración de las grullas

la llegada del invierno

gentes rebosando vida

pueblos con los brazos abiertos

un viejo mundo que agoniza

y uno nuevo por crear dentro

Una de Israel Glez

descubrimos las chispas
e inventamos la silla eléctrica

conocimos los secretos
elementos de las partículas
y desarrollamos la bomba atómica

hemos hecho de nuestro ingenio
el más despiadado de los verdugos

MALAVENTURADOS
LOS BIENINTENCIONADOS

Nuestra cultura

Juventud, divino tesoro
oro bañado de lodo.
Santa Tiza y San Cemento
nuestro gran descubrimiento.

La diversión está asegurada
si llevas encima
chupitos y sangriada.

Clara

La antítesis de lo profético

Deslices

El mundo está lleno

de deslices cognitivos
culpables de nuestros caprichos.

Impertinentes e imprevisibles
movimientos de ajedrez.

Cambios accidentales
determinantes en nuestro sino.

La solución al acertijo
es mojar nuestra mente en vino,
emborrachar nuestras manos

felices de cumplir
lo causante de nuestro desliz.