miércoles, 31 de marzo de 2010

no creas
que por regalarte letras
has sido único

soy sanguijuela

que los poetas
viven de las experiencias
aunque a veces anhelen
la verdadera dedicación

domingo, 21 de marzo de 2010

Litúrgica

Nado entre dos océanos
el deseo y la conciencia.

Si te hiciera caso,
si me dejaras una noche
podrías ver los astros.

Si te atreves
te haría enamorar,
pero no es el caso.

Porque si es que no,
gano, ¿el qué?
uff, paso...

Dices que murieron
la noche las ganas
ahí van y se acerca Pascua.

No se tú,
pero yo te comía
con papas fritas,
aunque fuese Cuaresma,
a pesar de carne NO
que me diga la conciencia.

¡A tomar por saco!
¿o... debo pensarlo?

Algo de ayer

He llegado con tiempo,
y en lugar de esperar en un café
viendo cómo se me escapa
el tiempo entre los dedos,
he caminado para hacer una visita a mi pasado.
Lo he encontrado enfermo terminal, seco, vacío y otoñal.
Lo he encontrado casi muerto, solitario y frío, sin historia que contar.
Le di mi pésame y no lloré.
Hice frente a su recuerdo y no se me encaró.
Gané la batalla de la aceptación.


¡Chúpate esa!

...

Intentando encontrar
la inspiración huida
Frío, frío
y llevamos tres meses así

Beppo Barrendero

Alguien por ahi digo que pasito a pasito se hacía el camino.
Por otro lado, recuerdo que Beppo Barrendero, un entrañable personaje de un cuento, decía algo parecido...

- Ves, Momo - le decía, por ejemplo-, las cosas son así: a veces tienes ante tí una calle larguísima. Te parece tan terriblemente larga, que nunca crees que podrás acabarla.

Miró un rato en silencio a su alrededor; entonces siguió:

- Y entonces te empiezas a dar prisa, cada vez más prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle no se hace más corta. Y te esfuerzas más todavía, empiezas a tener miedo, al final estás sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. Asi no se debe hacer.

Pensó durante un rato. Entonces siguió hablando:

-Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez, ¿entiendes? Sólo hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Nunca nada más que en el siguiente.

Volvió a callar y reflexionar, antes de añadir:

-Entonces es divertido; eso es importante, porque entonces se hace bien la tarea. Y así ha de ser.

Después de una nueva y larga interrupción, siguió:

—De repente se da uno cuenta de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da cuenta cómo ha sido, y no se está sin aliento.

Asintió en silencio y dijo, poniendo punto final:

—Eso es importante.


(Momo, Michael Ende)