miércoles, 4 de noviembre de 2009

Universidad Complutense, definición

Acreedora de títulos sinsentidos
cobradora de créditos
y encima, endeudada

Un día uno de mis profesores, con el que no estaba de acuerdo en muchas cosas, dijo algo que realmente tenía sentido: la facultad de Educación se dedica a repartir títulos como si de un repartidor de revistas se tratara. No consiste en ponerlo difícil para que no lo consiga casi nadie. Consiste en que la preparación del profesorado debe ser modificada radicalmente.

El futuro de la sociedad (porque guste o no, el futuro está en manos de la educación) depende en la mayor parte de unos profesores cuya única preparación exigida oficialmente para ejercer es de tres años.

Son tres años de aventuras en la que alumnos y alumnas se enfrentan a profesores que carecen algunos de experiencia laboral en colegios (absurdo, pero cierto), de la mínima educación en cuanto expresión y trato con el resto de personas (idem alumnos/as), de metodologías renovadas adaptándolas a la realidad social que les rodea y métodos pedagógicos que ayuden a imaginar una práctica que no llega hasta el último curso de toda la carrera.

¿Cuál es el resultado de todo este caos? Los futuros profesionales de la educación (es decir, nosotros) nos vemos obligados a complementar nuestra formación con cursos, o directamente con la experiencia, pero esto quiere decir que hay casos en que los que están al cargo son unos cuantos ineptos e incompetentes (como algunos profesores de Magisterio, en concreto de la Complutense) a los que se les permite que la educación esté en sus manos.

Un profesor que educa bien para que su alumno/a eduque bien en un futuro, querrá decir que esa tercera persona implicada podrá tener un buen desarrollo personal.

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